Sólo un hombre que sabe perfectamente puede decir «no sé.»La gente que dice: «Sabemos», son personas totalmente ignorantes aunque sus memorias estén repletas. Esas memorias están muertas porque de ellas no ha nacido ninguna experiencia propia.
El Buda Gautama solía decir: «Yo conocí a un hombre, era mi sirviente. Sentado a la puerta de mi casa solía contar las vacas que salían al amanecer a pastar al prado o que iban al río.» Las contaba, casi era algo automático para él. Su deber era estar sentado a la puerta de Gautama Buda por si necesitaba algo; si no surgía nada se pasaba todo el día sentado allí. Y cuando volvían las vacas... Es uno de los momentos más hermosos. En los pueblos indios que aún no están modernizados, el momento de la puesta de sol tiene un
nombre especial, goadhooli. Goa significa vaca y dhooli significa polvo: las vacas vuelven levantando polvo. El sol se pone, los pájaros vuelven a sus nidos, es un momento de mucha paz.En el momento del goadhooli volvía a contar las vacas que retornaban a casa. Y se preocupaba mucho si faltaba alguna, si la cuenta no era tan exacta como debía ser.
Más tarde, cuandoGautama Buda se convirtió en un gran maestro, empleaba la historia de este hombre y su hábito para explicar algo muy significativo.El dijo: «Yo solía preguntarle a aquel pobre hombre, "¿tienes una vaca?". Y él contestaba: "Soy tan pobre que no tengo ni una vaca." Y yo le decía: "Entonces por qué sigues contando miles de vacas por la mañana y también por la noche? Y si falta una de ellas, o te equivocas al contar, te quedas preocupado y no puedes dormir. No son tus vacas, ¡no tienes que preocuparte por ellas!"».
Buda solía decir a sus discípulos: «Todo conocimiento que no sea vuestro no os atañe. Estáis contando las vacas de otros; estáis perdiendo tiempo innecesariamente. Es mejor tener una vaca propia que os alimente.»
Todos vuestros eruditos y doctores sólo cuentan las vacas de los demás. Y están haciendo mucho daño sin saberlo, porque están ayudando a la gente a convertirse en conocedores sin serlo realmente.
Éste es el daño más grande que puedes hacer a un hombre, darle la sensación de que sabe, cuando en realidad no sabe nada. Has destruido su vida, has destruido la oportunidad que tenía de conocer, de experimentar, de vivir. Le has quitado todas sus oportunidades, todas sus posibilidades, de crecer.
Eso es puro veneno.
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