No siempre controlamos las circunstancias externas de nuestras vidas, algunas veces ocurren sucesos inesperados. Lo único que podemos controlar es si escogemos o no reaccionar.
Cuando reaccionamos, “nos retiramos”. Ya no estamos a cargo de nosotros mismos. Nos convertimos en el efecto de lo que sea a lo que estemos reaccionando.
Se requiere de mucha disciplina para permanecer en calma y firmes en nuestra certeza de que todo ocurre para mejor, pero mientras más practicamos más crece nuestra paz interior.
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