Algunas veces quedamos atrapados en los cálculos; dónde y cuándo deberíamos compartir. “Si le doy dinero a esta persona ¿realmente lo gastará de la mejor manera posible?”, o “si comparto alguna sabiduría con esta persona ¿la utilizará algún día?”.
Cuando tienes la oportunidad de hacer el bien en una situación, no deberías preocuparte por las intenciones ocultas de la otra persona.
Cuando dejamos los cálculos, podemos estar ocupados únicamente en revelar Luz.
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