Si tomamos en cuenta que somos como una caja con cinco instrumentos de percepción que llamamos, vista, oído, olfato, gusto, tacto y que todas las sensaciones que tenemos a través de ellos pasan por un sinfín de filtros, conexiones y censuras cerebrales, esto es, percibimos lo que queremos percibir, en diversos niveles, entonces ¿cómo saber cuáles son los estados de percepción que otras personas han alcanzado?
En nuestro propio estado asumimos que los otros estados están fuera de nosotros, sin embargo, no podemos realmente imaginar nada que no sean las formas que existen en nuestra mente. El resultado de las experiencias que hemos tenido lo proyectamos al exterior de nosotros mismos, pero todas esas proyecciones no están realmente allá afuera, son una especie de esquema de nuestro estado actual de percepción.
Todo lo anterior es muy complejo. ¿Qué relación podría tener esto con la animación anterior? Pues que en todas las situaciones, sencillas o extremas, debemos tratar de ponernos en los zapatos del otro, intentar ver su punto de vista, llegar a un consenso, que no siempre será de nuestro agrado pero que vendrá a medir nuestra madurez de percepción.
Y sobre todo, nunca fabricar novelas a partir de las actitudes de los demás, o de sus acciones, o de las circunstancias. La mayor parte de las veces resultará que son solo eso, historias sin fundamento, y desgraciadamente tal vez nosotros habremos respondido equivocadamente.
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