domingo, 5 de febrero de 2012

El disfraz de la esencia Divina....SAINT GERMAIN...♥



El gran sol.

Hubo una vez un gigantesco sol que destellaba e iluminaba todos los rincones del universo, y sus rayos llegaban a distancias inimaginables. En la propia evolución de ese sol, empezaron a desprenderse chispas de él mismo con conciencia, y empezaron saltar en todas direcciones preciosas chispas, con muchos destellos, con muchos brillos, sublimes y con plena conciencia de su esencia solar y divina.
El recorrido de las chispas.

En su recorrido empezaron a revestirse de diferentes energías solares que rodeaban su camino, y eran plenamente conscientes de que se estaban envolviendo en una energía un poquito menos brillante de la de su sol. Esa era la idea, que fueran asumiendo, que incorporaran otras energías a su esencia solar.

Y sucedió que fueron viajando y a la vez encontrando otros tipos de vestiduras que iban añadiendo a las anteriores, y era un disfraz sobre otro disfraz, hasta que llegó un momento que las mismas chispas no podían reconocerse unas a otras, tan cambiadas estaban, su manifestación externa era completamente diferente. Sin embargo la esencia de todas ellas, seguía siendo la luz solar.
El origen de la humanidad.

Y después de muchos eones de tiempo, estas semillas de luz totalmente disfrazadas, fueron sembradas en el planeta tierra, y de ahí surgió la humanidad, con este destino maravilloso de ir dejando cada uno de los disfraces, cada una de las vestiduras, para volver a ser esa chispa de sol y volverse a integrar a él, habiendo adquirido gran experiencia y sabiduría en ese camino de descenso y de regreso.
El ser interno

Cuando hablamos del ser interno, estamos hablando precisamente de esa luz con conciencia, de esa esencia, que es energía muy pura y sutil, que es la misma esencia del creador. Cada ser humano que despierta esa conciencia, que se sabe y se siente así, que se siente brillar, arder y quemar a todo lo que le rodea, que desprende de sí constantemente ese aroma y ese humo de incienso, es una alabanza a todas las creaciones superiores, especialmente a su Padre Solar.
El despertar de la conciencia

Cuando se despierta esa conciencia, se acaban absolutamente todos los problemas del plano tridimensional, el dinero y las posesiones dejan de tener sentido, la salud viene como una consecuencia natural de la fuerza interior, la sabiduría espiritual, colma todas las lagunas de ignorancia y se manifiesta externamente. Y así, el conocerse cada uno así mismo, en ésta su verdadera y esplendorosa esencia, hará que los problemas que tienen con su familia, con sus colegas de trabajo, con sus superiores, con sus subordinados, con sus amigos, con sus vecinos, con todos aquéllos que les prestan servicios o ustedes se los prestan a ellos, ya no tengan la misma fuerza. No habrá otro ser humano, chispa disfrazada, que no puedan ustedes reconocer, que no puedan ustedes amar, que no puedan ustedes comprender, que no puedan ustedes volcar en ellos todo lo que están sintiendo como seres espirituales de conciencia despierta.
Vivir en conciencia de lo verdadero.

Traten de vivir aunque sea cinco minutos al día en esa espléndida conciencia de luz, que brota a raudales, que se expande con toda generosidad hacia el infinito y llega hasta los confines más lejanos de su galaxia, siéntanse aunque sean cinco minutos en esa conciencia, para que poco a poco puedan extender este estado de suma plenitud a todas las acciones cotidianas. Conózcanse a sí mismos como lo que realmente son, y vean en todos los demás lo que también ellos realmente son.

Muchas iglesias de la tierra pregonan que todos los seres humanos son hermanos, es una buena analogía; en realidad, son mucho más que hermanos, son chispas del mismo sol, brillan igual, su esencia es la misma, son uno mismo todos, todos son uno.

Les voy a dar mi bendición, deseando que todos los disfraces de su chispa divina, vayan siendo dejados a un lado para que pueda brotar esa esencia que está pidiendo a gritos manifestarse en la tercera dimensión.

Saint Germain.

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