El romanticismo es positivo, sin embargo, la obsesión con la perfección puede ser el principal obstáculo a la hora de encontrar el amor, sencillamente porque cualquier chico tiene defectos. En las comedias románticas de Hollywood disfrutamos de un final feliz que se produce casi por arte de magia. La vida, como sabes, es diferente.
Príncipes azules hay pocos -por no decir ninguno- pese a que en la infancia creciste con cuentos como Cenicienta, Bella y Bestia o Blancanieves. Permanecer atada a la espera de un príncipe azul muestra en el fondo un miedo a comprometerte con otra persona, miedo a que un chico pueda conocerte tal y como eres. Esta actitud también muestra temor a que el chico que has esperado durante tanto tiempo pueda decepcionarte.
Del mismo modo, deben superar el síndrome de Cenicienta todas aquellas chicas que se sienten incompletas o infelices por no haber encontrado una pareja. Lo cierto es que la felicidad no aumenta por tener a un chico al lado, sino que la fuente del bienestar nace de uno mismo. Sin embargo, existen algunas chicas que cuando van a cumplir los 30 años se obsesionan con su soledad y tienen miedo de no encontrar a alguien con quien compartir su vida.
Lo cierto es que siempre debes aprender a ser feliz en base a lo que tienes, es decir, debes aceptar tu realidad para no frustrarte, puesto que cada situación tiene sus puntos negativos y también positivos, por tanto, sus ventajas o inconvenientes. Por ejemplo, una persona que no tiene pareja puede disfrutar de mayor autonomía a la hora de volcarse en sus relaciones de amistad.
Para superar el Síndrome de Cenicienta debes ir más allá del amor ideal para poder centrarte en una relación real, y aceptar el mundo tal y como es.
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