Solo el amor esencial permanecerá en este tiempo. ¿Que diferencias hay entre el amor de la vieja energía y el amor de la nueva energía? Bueno, realmente el amor esencial no cambia, lo que cambia es la perspectiva, la creencia que tenemos acerca de ello o simplemente nuestro nivel de conciencia.
El amor en la vieja energía
En la vieja energía le llamábamos amor a la dependencia, a la posesión. Volcábamos nuestra vida en la otra persona esperando que ella fuera responsable de nuestra vida y nuestra felicidad, decíamos frases como “busco una persona que me haga feliz” ó “Quiero un amor para no sufrir de soledad” ó “Sin una pareja estoy vacío”. La dependencia era mutua entre parejas, la mujer dependía del sustento del esposo y el esposo de las labores del hogar que desempeñaba la esposa, ambos dependían emocionalmente de la pareja por lo que era difícil concebir la vida “sin ella”. Se pensaba que “el amor duele” sin contemplar la idea de que cuando duele… no es amor. Más que la unión, se busca la atadura. Más que compañía se busca poseer. Se busca siempre “la media naranja” pensando que un compañero es complemento del otro (como si se estuviera incompleto).
El amor en la nueva energía
En la nueva energía ninguna de las partes espera que su pareja “la haga feliz” ya que ambos saben que esta difícil responsabilidad solo nos pertenece a nosotros mismos. No esperamos que nuestra pareja llene nuestras expectativas o llene nuestras carencias o vacíos internos ya que la pareja se une para compartir y solo se comparte cuando se está lleno internamente, cuando se vive con vacíos la demanda a nuestra pareja es tan grande que terminamos desgastándolo, nunca es suficiente para llenar el vacío.
Las parejas comparten absolutamente todo, tanto el apoyo incondicional de ambos, como el apoyo en el sustento diario, las labores del hogar o la educación de los hijos (que hermoso ver actualmente a los papás muy involucrados con los hijos). Se tiene la certeza que el amor no duele, porque es la base de la creación humana. Se deja de buscar “la media naranja” para buscar una “naranja completa” que comparta su individualidad con nosotros.
Todas las etapas son necesarias y todas tienen su razón de ser. Era necesario vivir el amor dependiente para poder así romper las ataduras y poder conocer el amor incondicional. Las personas adultas que nos encontramos aquí en este momento, hemos vivido esta parte del amor condicionado y estamos en este proceso de transformación.
Dejarlo fluir, reflexionar y transformar nuestras creencias nos abrirá a una nueva realidad transformando todas nuestras relaciones y liberándonos del sufrimiento en este tema. El amor se convierte aquí en libertad y fuente de superación para ambas partes.
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