Una de las cosas más importantes que podemos aprender de la Kabbalah es cómo atravesar el dolor de la vida sin sufrir.
El Zóhar explica que el dolor purifica y elimina las cáscaras de negatividad (klipot) que envuelven a nuestra Luz interior, y ese sufrimiento es la resistencia a este dolor. Las klipot se crean mediante nuestras acciones negativas, y cubren y limitan nuestro desarrollo espiritual. Son barreras entre nosotros y la Luz.
A menudo enfocamos nuestra vida diaria con la mentalidad de evitar el dolor a todo coste. Y en el momento en que lo sentimos, buscamos inmediatamente formas de anestesiarnos. El Zóhar enseña que al resistirnos al dolor sólo estamos creando problemas más graves para nosotros en el futuro. El dolor es transitorio, pero el sufrimiento se queda y nos mantiene estancados.
Las klipot se adhieren constantemente a nosotros: estas cáscaras negativas nos dificultan el proceso de crecimiento y cambio. Pero si queremos pasar al siguiente nivel de conciencia espiritual, amor, amistad, carrera profesional, necesitamos atravesar el doloroso proceso de separarnos de nuestras klipot. Y nos separamos de nuestras klipot cada vez que lo ponemos todo en un trabajo y fracasa, cada vez que alguien a quien amamos se marcha, cada vez que rompen nuestra confianza; en otras palabras, cada vez que nos arriesgamos y salimos heridos.
Contrariamente a lo que se siente en el momento, el dolor es en realidad una señal de que algo bueno está en camino. Piensa en los momentos dolorosos de tu pasado. ¿Te suena de algo lo que estoy explicando?
Esta semana, es importante que nos recordemos que el dolor es bueno: significa que nuestras klipot se están rompiendo. Y una vez que sanemos de esta separación seremos más fuertes, más sanos y estaremos un paso más cerca de nuestra plenitud verdadera.
Todo lo mejor,
Yehuda
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