Cada vez que escuchas música tranquila, disminuye considerablemente tu nivel de catecolaminas en la sangre (son las hormonas del estrés); por eso te relajas. Aprovéchate de esta circunstancia y siempre que escuches una melodía suave, concéntrate en respirar despacio, profunda y rítmicamente. Así aprenderás a hacerlo de la manera adecuada para ahorrar energías y reducir la ansiedad, algo que en el momento del parto te resultará muy útil. Ya en la Antigua Grecia era una práctica habitual interpretar música tranquila mientras las mujeres daban a luz, por su efecto calmante. |
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