Cuenta de un gran filósofo que día tras día se debatía en torno al sentido último de la existencia. Había dedicado a la solución de este enigma los mejores años de su vida. Había consultado a los más grandes sabios, que la humanidad haya tenido en todos los tiempos. Y no encontró una respuesta satisfactoria a tan torturante cuestión. Una tarde en el jardín de su casa, dejando a un lado sus pensamientos, reparó en su hija de cinco años que estaba jugando alegremente. se acercó a ella y le preguntó:
¿Para que estás en la tierra?
A lo que la niña respondió rápidamente:
Para quererte a ti papá."
¿Para que estás en la tierra?
A lo que la niña respondió rápidamente:
Para quererte a ti papá."
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