martes, 26 de abril de 2011

¿Quién NO HABLA INGLÉS? ¿Du llu espic ingliss?


Esto es la carta que escribió una señora al programa de Luis del Olmo
para que la leyeran en directo:

Desde que las insignias se llaman pins, los maricones gays, las
comidas frías lunchs, y los repartos de cine castings, este país no
es el mismo: ahora es mucho, muchísimo más moderno.

Antaño los niños leían tebeos en vez de comics, los estudiantes
pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían
negocios en vez de business, y los obreros, tan ordinarios ellos,
sacaban la fiambrera al mediodía en vez del tupper-ware.

Yo, en el colegio, hice aerobic muchas veces, pero, tonta de mí,
creía que hacía gimnasia. Nadie es realmente moderno si no dice cada
día cien palabras en inglés. Las cosas, en otro idioma, nos suenan
mucho mejor.

Evidentemente, no es lo mismo decir bacon que panceta, aunque tengan
la misma grasa, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que
handicap...

Desde ese punto de vista, los españoles somos modernísimos. Ya no
decimos bizcocho, sino plum-cake, ni tenemos sentimientos, sino
feelings.

Sacamos tickets, compramos compacs, comemos sandwiches, vamos al
pub, practicamos el rappel y el raffting, en lugar de acampar hacemos
cámping y, cuando vienen los fríos, nos limpiamos los mocos con
kleenex.

Esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han
mejorado mucho nuestro aspecto. Las mujeres no usan medias, sino
panties y los hombres no utilizan calzoncillos, sino slips, y después
de afeitarse se echan after shave, que deja la cara mucho más fresca
que el tónico.

El español moderno ya no corre, porque correr es de cobardes, pero
hace footing; no estudia, pero hace masters y nunca consigue aparcar
pero siempre encuentra un parking.
El mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service;
el escalafón, el ranking y el representante, el manager. Los
importantes son vips, los auriculares walkman, los puestos de venta
stands, los ejecutivos yuppies; las niñeras baby-sitters, y hasta
nannies, cuando el hablante moderno es, además, un pijo irredento.

En la oficina, el jefe esta siempre en meetings o brain storms, casi
siempre con la public-relations, mientras la assistant envía mailings
y organiza trainings; luego se irá al gimnasio a hacer gim-jazz, y se
encontrará con todas las de la jet, que vienen de hacerse liftings, y
con alguna top-model amante del yoghurt light y el body-fitness.

El arcaico aperitivo ha dado paso a los cocktails, donde se jartan a
bitter y a roast-beef que, aunque parezca lo mismo, engorda mucho
menos que la carne.

Ustedes, sin ir más lejos trabajan en un magazine, no en un
programa. En la tele, cuando el presentador dice varias veces la
palabra O.K. y baila como un trompo por el escenario la cosa se llama
show, bien distinto, como saben ustedes, del anticuado espectáculo;
si el show es heavy es que contiene carnaza y si es reality parece
el difunto diario El Caso, pero en moderno.

Entre medias, por supuesto, ya no ponen anuncios, sino spots que,
aparte de ser mejores, te permiten hacer zapping.
Estas cosas enriquecen mucho.

Para ser ricos del todo, y quitarnos el complejo tercermundista que
tuvimos en otros tiempos, solo nos queda decir con acento americano
la única palabra que el español ha exportado al mundo: la palabra
'SIESTA.'

Espero que os haya gustado...

Yo antes de leerlo no sabía si tenía stress o es que estaba hasta los...

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