Este lenguaje, la geometría sagrada, codifica un universo de tal forma que es un mapa de ruta que nos lleva de vuelta al hogar , a casa , al punto cero. Hace tiempo que no escribo nada sobre geometría sagrada y tengo que reconocer que es uno de los temas que más me interesa y más me aporta. Quizá no escriba tanto sobre ello como me gustaría hacerlo porque para mí la geometría es vivencial, es íntima, es expresivamente visual, táctil, emocional..., y cuando me adentro en la dorada forma mi mente y mi corazón se expanden a la velocidad de la luz y entro en un mundo nuevo, en la multidimensionalidad, y ahí , cuando se habita en ese espacio armónicamente perfecto la geometría se expresa por sí sola en el corazón, con ese lenguaje único y unificado.
Repasando mis notas encontré este texto que escribí ya hace un tiempo para un amigo en la red, un amigo amante de la geometría sagrada. Recuerdo que me pidió que le escribiera algo sobre el dodecaedro y esto fue lo surgió en aquél momento: Te aconsejo que leas con detenimiento, que te fijes en el simbolismo de la numerología, en lo que significa, en el momento que marca, en la resonancia que implica esta forma, en la configuración entretejida, en los patrones de onda, en la propia construcción del lenguaje de esta frase que a continuación os dejo:
20 vértices, 12 pentágonos. Esta es la forma, la frecuencia, la clave, la llave que da acceso hacia el viaje de la emoción coherente,la puerta de percepción, el abrazo amoroso del corazón que nos lleva hacia el no-miedo. Hacia el AMOR.
Es el patrón de luz que integra la realidad de la nueva conciencia, la lectura de lo que hemos sido, somos y seremos, y esta puerta se abre desde el final del ciclo del Calendario Maya. El 20-12-2012
©LUHEMA 20-12-2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario