Quan, una vez oí un buen símil sobre la respiración. Imagina una muralla elevadísima desde cuya cima uno puede ver enormes distancias, pero para lo que no parece haber ningún método para subir excepto un hilo finísimo que cuelga a ambos lados desde una cima. Una persona lo suficientemente inteligente atara una cuerda mas gruesa a un extremo del hilo, ira al otro lado de la muralla y tirara del hilito hasta tener en su mano la cuerda; luego atara el extremo de la cuerda una soga gruesa y tirara de la cuerda; luego atara al extremo de la cuerda una soga gruesa y tirara de la cuerda. Cuando la soga haya llegado a un lado y este firmemente sujeta al otro, la muralla podrá ser fácilmente escalada.
Nuestro aliento es esa frágil hebra de hilo. Pero una vez que sabemos como utilizarlo herramienta que nos ayude a superar situaciones que de otra manera parecerían desesperadas. Nuestro aliento es el puente entre nuestro cuerpo y nuestra mente, el elemento que nos reconcilia y que hace posible la unidad cuerpo-mente. La respiración esta aliada al cuerpo y a la mente y ella sola es el instrumento que puede reunir, iluminar y llevar a ambos calma y paz.
Hay una gran cantidad de personas y libros que discuten los inmensos beneficios que resultan de una correcta respiración. Dicen que una persona que sabe respirar es una persona que sabe crear una infinita vitalidad: la respiración desarrolla los pulmones, fortalece la sangre y revitaliza todos los órganos del cuerpo.
Dicen que respirar adecuadamente es más importante que comer. Y todas esas afirmaciones son completamente correctas.
Tú sabes, Quang, que hace varios años yo estaba extremadamente enfermo. Después de varios años de tomar medicinas y de estar bajo tratamiento medico mi condición no habías mejorado. Así pues, volví a los métodos respiratorios y, gracias a ello, pude curarme a mi mismo.
Pero de lo que quiero hablarte, Quang, es de como la respiración es un instrumento y como la respiración es en si misma atención mental. La utilización de la respiración como instrumento puede ayudarnos a obtener inmensos beneficios pero que no pueden considerarse a si mismos como fines. Los beneficios son solamente una añadidura a la realización de la atención mental.
En Paris dirigía una pequeña clase de meditación de meditación para no-vietnamitas, entre los cuales había mucha gente joven. Yo les decía que si podían meditar una hora diaria era bueno, pero no suficiente; que tenían que practicar meditación cuando andasen, se parasen, se tumbasen, sentasen o trabajasen. Les había dicho como practicar meditación mientras se lavaban las manos, fregaban los platos, barrían el suelo, charlaban con los amigos o hacían cualquier cosa. Les dije: “Mientras lavas los platos, puedes estar pensando en el te que te aguarda luego, y de esta manera tratar de quitártelos cuanto antes de encima para poder sentarte y saborear una taza de te." Pero eso significa que eres incapaz de vivir durante el tiempo que tardas en fregar. Cuando laves los platos, esa tarea debe ser la cosa mas importante de tu vida; y mientras te bebes el te, eso debe ser lo mas importante de tu vida.
Cuando uses el retrete, deja que eso sea lo mas importante de tu vida, y así siempre.” Partir leña es meditación, llevar agua es meditación. El practicante debe estar atento todo el día, y no solamente la hora reservada para la meditación formal, la lectura de las escrituras o el recitado de los Sutras.
Cada acto puede ser realizado con atención mental. Cada acto debe ser realizado con atención mental. Cada acto es un rito, es una ceremonia.
Elevar la taza de te hasta tu boca es un rito. Quizás la palabra “rito” es un poco demasiado solemne, pero la utilizo para empujar a la gente a la realización del darse cuenta del tema de la vida y de la muerte.
Thich Naht Hanh
Extracto de: Como lograr el milagro de vivir despierto
VÍA TRABAJADORES DE LA LUZ
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