viernes, 25 de octubre de 2013

LA CURIOSIDAD REJUVENECE...♥



Los humanos aprendemos dos patrones desde pequeños: el amor o afecto y la curiosidad. Si durante la infancia nos cortan estos patrones envejecemos de forma prematura.

Nuestro cerebro, programado para que sobrevivamos, se estresa y tiene miedo. Hasta los años 60 se pensaba además que este era inmutable y que a partir de los 18 años ya no cambiabas. Se pensaba que la única manera de producir cambios en el cerebro era a través de fármacos y ahora se ha visto que el pensamiento y el comportamiento son vitales para esos cambios.

Nuestro sistema educativo sigue enseñando las mismas cosas que aprendían nuestros padres y abuelos. No hemos sido capaces de adaptarlo al mundo en que vivimos. Si se despertase un educador de hace cien años y entrase en un aula de ahora no lo notaría. Les damos los mismos contenidos y les contamos lo mismo.

Deberíamos luchar por un sistema educativo que mire al niño a los ojos y le diga que tiene algo único y le pregunte qué sabe hacer, qué le motiva.

Un niño que en la escuela está desmotivado, que no siente curiosidad, es un niño que no avanza, que va a fracasar y que va a ser un humano muy infeliz. El cerebro, si no tiene forma de alimentar esta curiosidad, se distrae.

Los niños deberían tener más aficiones y la escuela debería plantearle más estímulos entre los que poder elegir. Eso nos daría adultos muy distintos. La época de la supervivencia física pasó, este será el siglo de la supervivencia emocional.

Elsa Punset, extractos de una entrevista en el periódico Información

PLANO CREATIVO

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