El dolor, la tristeza, la rabia, la ira, son estados emocionales que debemos aprender a gestionar para que no puedan con nosotros. Debemos transformar su presencia, haciendo que sean acompañantes en nuestro día y no la voz que mueve nuestros quehaceres. Trataremos, a medida que podamos, de exteriorizar, de sacar afuera lo que sentimos interiormente. Sabemos hacerlo, pues lo hacemos de manera automática y otras consciente, cuando estamos alegres y felices.
Aprovechemos el poder que tenemos, el poder de la transformación y transmutación. Podemos convertir el dolor en un viejo acompañante, en un apoyo para conocernos mejor y a la vez, en fuerza para seguir adelante. No se trata de sacar definitivamente de nuestra vida al dolor, porque en determinadas situaciones resultaría imposible. Hagamos que el dolor sea un aliado, en un espejo donde poder mirarnos y decir, ese dolor soy yo y no quiero que me queme por dentro, que me destruya. Podemos lograrlo.
Podemos conseguirlo a través de una técnica sencilla, querernos. Simplemente, tenemos que abrazar todo lo que somos. Si hay alegría, respirarla; si hay dolor, amarlo; si hay tristeza, quererla. Cada vez que luchamos contra el sufrimiento, sin entenderlo, luchamos contra un titán, se convierte en un gigante y el esfuerzo es muy grande.
Si decimos, "te amo tristeza, te amo dolor" lo que estamos haciendo, es integrarlo, reconociendo que en ese instante somos tristeza, somos dolor. Nos aceptamos, integramos, no luchamos. El esfuerzo se diluye y es menor, lo que posibilita que sentimientos dolorosos que vivimos se vayan disolviendo poco a poco.
Decirnos, "me amo", a pesar de lo que sintamos, aceptarnos en todas las circunstancias, es saber que siempre nos tendremos, es amarnos sin limitaciones, de manera incondicional. El amor, sana, cura las heridas, da fuerza, reconforta, es nuestro aliado más fiel. Cuando nos amamos, somos, estamos llenos, vivimos instantes de felicidad, de paz y calma, de bienestar. Estamos ayudando a que todo lo doloroso quede en otro plano, permite que respiremos y cargarnos de fuerza para afrontrar todas las situaciones que nos rodean.
Amarnos, significa no cerrar los ojos ante lo que duele. Podemos aprovechar esta situación como un proceso, una prueba en el aprendizaje del alma, de la vida, de nosotros mismos.
Amarnos a pesar de los pesares, en las épocas difíciles, en los momentos más complicados, en las pérdidas, en la marcha de los seres queridos, en las rupturas que nos muestra la vida, es seguir viviendo, es aceptar que podemos vivir en un mismo instante el dolor y el amor. El amor sólo se apaga si le damos permiso para ello.
Está en nuestras manos cómo queremos vivir. No vamos a poder impedir que el dolor desaparezca, pero podemos conseguir que sea un acompañante, conversar con él, aprender junto a él; yuna vez integrado, ser aún más completos, pues el amor, nunca es vacío, siempre llena. Nunca se acaba. El amor es un poder regenerador, sanador, curativo; el amor es compasión, compromiso; el amor, es avance, es mirar hacia adelante, el amor no limita, pues es expansivo.
Vivir la vida, es vivir el amor. Amarnos es amar lo bueno y lo malo desde la aceptación y cuando lo consigamos, nos liberaremos volviendo de nuevo a sentir que somos seres completos, amorosos.
VÍA COMUNICACIÓN ENTRE DOS MUNDOS
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