Una vida de las llamadas "fáciles" es la que suele elegir el alma cuando quiere descansar; y el ritmo de su evolución, tiende a ser más lento. Mientras que en las vidas "difíciles", los problemas, las dificultades, son puertas abiertas o caminos que están llenos de posibilidades para poder avanzar con mayor rapidez. En el fondo, el aprendizaje se puede realizar en un sólo instante, independientemente de la vida que hemos llevado.
Es necesario ir por la vida con los ojos abiertos a saber disfrutar, a percibir la belleza en todo lo que nos rodea, a saber valorar que lo que consideramos malo o perjudicial es en realidad una oportunidad para aprender.
La oportunidad se puede vivir de muchas maneras distintas y todas son válidas. Unos desde la amargura, el victimismo, el pasotismo e indiferencia; habrá quiénes luchen, busquen alternativas, o se dejen llevar, otros, lo vivirán como una aventura e intentarán disfrutar al máximo. Todos, a pesar de sus distintas actitudes, están teniendo la posibilidad de avanzar y transmitir su aprendizaje.
Es más fácil aprender al lado de una persona positiva y optimista. El optimista, sabe que va a salir adelante, que existe la esperanza y que todo es posible; que la dificultad es una pieza más del aprendizaje, pese a desconocer el tiempo que va a tardar en lograrlo. Ello le da fuerzas para afrontar los retos y sobrellevar las dificultades tal y como son, puentes, pruebas o trampolines de evolución.
Una persona pesimista, verá en la misma situación, sólo dificultad, conflicto y casi ya de antemano espera la derrota como parte de la solución. Indudablemente, al tener menos fuerza, la dificultad para salir adelante es mayor pero no imposible; y también es un camino válido de aprendizaje.
Para poder afrontar los obstáculos debemos buscar en nuestro interior la fuerza para salvarlos, la esperanza, la creatividad, la espera, la paciencia, la unión, la soledad... Todo ello nos lleva a bucear dentro, sorprendiéndonos muchas veces al ver que somos capaces de reaccionar mejor de lo que pensábamos o que teníamos más fuerza de la que creíamos. Del mismo modo, podemos darnos cuenta que nuestras fuerzas estaban flaqueando y era necesario un reposo. Todo es válido si nos ayuda a avanzar.
Quién elige el vivir desde el dolor, el miedo, la angustia, tiene un camino mucho más duro y complicado que el que lo vive con alegría. Somos dueños de nuestra vida, y tenemos el poder de elegir cómo queremos vivirla. Qué importancia damos a quiénes nos hacen daño, qué aprendizaje podemos extraer de ello, queremos seguir el mismo modelo o por el contrario nos han ayudado a darnos cuenta que queremos vivir de otra manera.
Abramos los ojos a lo que nos rodea, vivamos la vida desde otra perspectiva, con un enfoque más abierto, intentemos ver qué nos afecta y por qué, y qué podemos hacer para solucionarlo.Si estamos bien, si somos felices, contagiaremos felicidad y alegría. Detrás de un optimista es frecuente encontrar a una persona que se ha enfrentado con grandes dificultades en su vida, entiende lo que es el dolor, y sabe lo que es el sufrimiento; y ha encontrado el camino que le lleva a saborear de la vida de la mejor manera posible.
Siempre estamos a tiempo de abrir los ojos, de vivir la vida con intensidad y fuerza. A veces un hecho dramático es el que nos lleva al cambio; otras en cambio, llegamos por convicción, por certeza, claridad de pensamientos o sentimientos. Lo importante es llegar a estar abiertos y a compartir.
Hoy es el día. Siempre es el día en que todo es posible. ¿Te animas a disfrutar la vida?
COMUNICACIÓN ENTRE DOS MUNDOS
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