Ricardo Ros
He recibido varios emails en relación con algunas reflexiones anteriores.
S.J. dice: “Tu reflexión me ha animado a dar un paso al abismo. Llevo veinte años trabajando en algo que no me gusta, que me ha creado dos úlceras. Lo he dejado y he decidido cambiar de profesión. En este momento estoy sin trabajo, pero soy la persona más feliz del mundo. Sé que tengo todas las oportunidades por delante. Durante estos años me he ido formando y ahora puedo dar el gran paso gracias a que con tu reflexión me has dado un empujón”
E. B. dice: “fíjese que me han pedido la renuncia en mi trabajo, pero me he sentido liberado, este trabajo nunca me gustó, me hizo sentir incómodo, mediocre, sin aliciente ni prosperidad, lo que me recordó un artículo de ud. que dice que podemos fracasar, que no tiene caso seguir insistiendo en solucionar los mismos problemas, esto me ha provocado que salga de mi estado de comodidad, me ha empujado a buscar nuevas opciones y me ha dado objetivos, nuevas perspectivas y animo porque siento que me había estancado”.
M. dice: “Cuando leí su reflexión sobre la necesidad de fracasar si no somos felices con lo que hacemos me enfadé mucho, porque pensé que era fácil dar consejos a otros. Pero estuve una semana dándole vueltas y vueltas y llegué a la conclusión de que tiene razón. No puedo seguir así. Mi vida matrimonial es un desastre y estaba resignada a quedarme así hasta que me muriera, pero creo que ahora voy a dar el paso decisivo, o recupero a mi marido o lo dejo (. . .) Tengo derecho a ser feliz”
Los seres humano, como animales que somos, tenemos miedo, vivimos en el miedo. En cualquier momento surge en nosotros nuestro instinto más primitivo y nos refugiamos en lo conocido, en nuestra guarida, que es la comodidad. No nos gusta el cambio. Preferimos estar mal a no saber cómo estaremos si cambiamos. El miedo frena muchas oportunidades.
Lo único sobre lo que tienes control es sobre tus propios pensamientos y sobre tu propia vida. Decide qué quieres hacer, no puedes dejar que otros o las circunstancias decidan por ti. Si no tuvieras limitaciones, ¿qué merecería la pena hacer con tu vida? ¿A qué te dedicarías? ¿Dónde y con quién vivirías? Si estuvieras seguro de conseguirlo, ¿qué harías hoy mismo? ¿Qué objetivos te marcarías? ¿Qué es lo que más te gusta hacer? ¿Con qué disfrutas? ¿Qué sabes hacer bien? Si tu vida entrara en bancarrota, ¿cuál es la primera decisión que tomarías? ¿Qué harías si tuvieras que hacer con tu existencia una operación a vida o muerte?
Si actúas con miedo, fracasarás. Actúa como si fuera imposible fracasar y triunfarás.
Fuente: http://www.ricardoros.com
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