miércoles, 20 de julio de 2011

TE VOY A CONTAR UN CUENTO..."SILENCIO EN EL CIELO, SILENCIO EN LA TIERRA"....excelenteeeeeeeeeee...!!!!




Hace muchos, muchos años, tantos que ya ni me acuerdo, yo era un Espíritu y vivía feliz en la Casa del Padre. Tenía todos los atributos de Dios, era Dios. Había creado muchos Universos y vidas de diferentes tipos. Lo tenía todo solucionado, ningún problema. Vivía en AMOR y ARMONÍA CON TODO LO CREADO. Pero un buen día se me cruzan los cables y decido irme de la Casa del Padre para experimentar por mi mismo la Oscuridad. La sensación de ausencia de Dios. Me pasé eones de tiempo experimentando en un planeta de bajo nivel vibratorio llamado por sus habitantes TIERRA todos los tipos posibles de vida, siempre en condiciones de olvido de mi identidad.
Lo típico, no sé quien soy, ni de dónde vengo, ni adónde voy. Ya cansado una noche de experimentar el egoísmo, la ira, la avaricia, el odio, la mentira, la envidia etc. me puse a meditar, y hablando conmigo mismo, llegué a descubrir quien era. Era Hijo de Dios. Era una parte de Dios y yo aquí sufriendo, cuando en la Casa de mi Padre todo el mundo era feliz. El habitante de peor rango en la Casa de mi Padre vibraba AMOR y era FELIZ. Y yo no lo era. Una vez que tomé consciencia de quien era, pensé: “ya estoy cansado, iré a la Casa de mi Padre y le diré que me perdone, me acoja en su Casa y me trate como al peor de sus peones", El Hijo, había despertado por fin de su letargo oscuro. Todo el Universo estaba pendiente de este encuentro. El Hijo perdido volvería a la Casa del Padre. Seria un gran día en el Universo, Un día feliz para todos. Cuando el Hijo vislumbró la Casa a lo lejos y vio al Padre bajo el marco de la puerta: se hizo SILENCIO EN LA TIERRA, y SILENCIO EN EL CIELO. Padre e Hijo se dirigen al encuentro. Aumentan la velocidad de sus pasos, corren el uno hacia el otro, y por fin se encuentran en un abrazo. El hijo se arrodilla sin mirar la cara del Padre y le dice:”Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti, no soy digno de ser llamado hijo tuyo, trátame como al peor de tus jornaleros". El Padre. Amoroso, toma a su Hijo por el hombro y le dice: “Levantate  hijo mío, gracias por haber vuelto, estaba preocupado por ti. SILENCIO EN EL CIELO, SILENCIO EN LA TIERRA.  Al levantarme y ver el rostro del Padre……….. vi en Él…….. mi propio rostro.
Habréis intuido que el Hijo es esta Humanidad a la que pertenecemos. La apertura de conciencia es el descubrimiento del SER SUPERIOR QUE SOY. El encuentro con el Padre es el cambio de Era, de Vibración y de Dimensión. Es la vuelta al HOGAR, donde solo hay AMOR.
Onirem Ogaitnas

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