"¿Cuántas personas son conscientes de que en los lugares donde se
encuentran, las paredes, los objetos, todo está impregnado con
sus emanaciones? Es el lado mágico de la presencia: cada cual
deposita sobre lo que le rodea, capas que son buenas o malas
conductoras de las influencias celestiales. Si proyecta
constantemente pensamientos, palabras y sentimientos negativos,
los objetos, como imanes, atraen ciertas corrientes oscuras y
nocivas que circulan en el universo. Y lo contrario también es
cierto: si alberga en sí pensamientos y sentimientos de sabiduría
y amor, si pronuncia palabras vivificantes, deposita buenos
fluidos en los objetos que se convierten en conductores de luz,
alegría y salud.
Así pues, cuando estéis en casa, aprended a tocar los objetos
con amor, a bendecirlos pidiendo a las entidades celestiales que
vengan a ocuparlos. Decid: «Espíritus de la luz, de la pureza y
de la verdad, os consagro estos objetos. Que sean vuestra
morada.» Sentiréis pronto cómo la atmósfera a vuestro alrededor
se vuelve viva, vibrante."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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