Supongo que por ser la única manifestación natural del ser humano que logra un estado alterado de conciencia capaz de neutralizar el intelecto. Y a eso las culturas, cuanto más avanzadas han sido, le han tenido miedo, y por lo tanto lo han prohibido, y por lo tanto durante siglos la mujer que ha experimentado esos estados de éxtasis ha tratado de reprimirlos para que su consorte no la considere una lúbrica, una cualquiera o proyecto de tal. El sexo en pareja es socialmente aceptable, pero siempre se ha entendido dentro de unos límites y acercarse a ellos ha sido considerado como acercarse a la oscuridad, a la tierra de nadie, al infierno…
El retorno de Vivianne. Amantes en el Paraíso. Juan Trigo. Ed: mtm
Imagen: Ilan Rubin
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