domingo, 3 de julio de 2011

Conversar con tus Ángeles puede ayudarte a fijar tus objetivos. ...☼♪♥




 ¿Quieres lo que quieres por ti misma o para impresionar a otros? Si tu meta es ser rica, ¿con qué propósito deseas el dinero? ¿Es para disfrutar del bienestar en un plano físico, mental o emocional, o para demostrarte y demostrar a otros que estás bien? ¿De qué otra manera podrías satisfacer estas necesidades? Al establecer lo que realmente deseas allanarás el camino de su obtención.
Puedes dialogar con tu Ángel para analizar tu motivación y desentrañar cualquier renuencia de tu parte a recibir lo que dices desear. A veces el inconsciente retiene una agenda oculta, tal como la falta de valor o el miedo a la envidia, que bloquea la realización de tu meta.
Para ayudarte a definir tus metas, conviene comenzar con una lista de deseos. Esto significa anotar todo lo que deseas, por descabellado que pueda parecer. Repasa la lista y consolida cualquier duplicación. Luego agrega detalles a lo que deseas. Puedes descubrir que se divide en dos categorías, tales como dinero, salud e imagen personal, relaciones y otras cosas. ¿Qué categoría es más importante para ti? Ponlas en orden, desde la primera a la última de tus preferencias. Esto te será de gran ayuda para definir tus prioridades y fijar tus intenciones.
Cunado sepas con claridad lo que deseas, comienza por seleccionar uno de los puntos, que no sea el primero ni el último de tu lista. Debe ser algo que desees mucho sin que te sientas devastado si no lo consigues. Además, debe ser un objetivo cuyo cumplimiento no dependa de otra persona. Cuando lo hayas elegido, puedes hacer el ejercicio que te daré aparte.
Todos queremos ciertas cosas y todos deseamos disfrutar de los placeres de la vida, aunque cada uno de nosotros tiene una idea individual de lo que eso constituye. Para algunos, la palabra “abundancia” conjura imágenes de vacaciones en Hawai y largas limosinas, de opulencia y plenitud. Esto tiene que ver con los valores materiales.
Para otros, significa una vida equilibrada y en armonía con los propios objetivos, rica en relaciones y amistades amantes, generosa en entusiasmo, gozo y buena salud. Esto tiene que ver con los valores espirituales. La abundancia en el plano espiritual proviene de adentro… y de arriba. La abundancia en el plano material proviene de afuera.. y de abajo. Pero no hay motivos para que no puedas tenerlo todo.
Iniciar una asociación con nuestros Ángeles crea las condiciones que nos permiten triunfar, prosperar y crecer, desarrollando nuestra naturaleza más elevada. Estas condiciones son la franqueza, la cordialidad y la gratitud. El contacto activo y cotidiano con nuestros guardianes expande el alcance de nuestra visión, que pasa de “yo” a “nosotros”, de los intereses personales al interesarse por otros y por el bienestar de nuestro planeta.
Según nos volvemos más y más hacia nuestros Ángeles, desarrollamos nuestra abundancia espiritual. Nos tornamos agradecidos por lo que tenemos. Y eso establece una base para que comencemos a recibir también en el plano material. Cuando sabes que Dios te ama, que tus Ángeles están bien dispuestos a asistirte para que logres tu mayor deseo, te abres a la abundancia del universo y a las maneras en que esta pueda manifestarse en el plano físico. Comprendes y sabes en lo más hondo que eres merecedora.
Cuando pides ayuda a tus Ángeles, deja que ellos decidan de qué modo se materializará. Pide que se manifieste lo que deseas (o algo mejor), para el mayor bien de todos.
Uno de los muchos dones que nos traen los Ángeles es la claridad. Y ser claro es, en gran parte, liberar pensamientos y sentimientos que puedan impedirnos alcanzar nuestras metas.

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