Parece que si apagamos la conciencia, no estamos en el aquí y en el ahora, difícilmente llegaremos a elevar la consciencia. El lo que nos da a entender el cuento del maestro zen que recibía muchas visitas de personas en busca de consejos:
Un día recibió a un joven que se tomaba muy en serio su camino espiritual. Se sentía preparado para convertirse en la mano derecha de cualquier gran maestro.
Ese día había llovido cuando el joven llegó a la casa del maestro. El joven se quitó los zapatos y dejó el paraguas antes de entrar en la habitación. Se inclinó ante el maestro y le dijo que le gustaría convertirse en su discípulo.
El maestro sonrió, pero no dijo ni una palabra.
El joven, un poco incomodado por el silencio, le dijo que había estudiado mucho. Que pensaba que estaba llamado a convertirse en uno de los “iluminados”
El maestro le preguntó: ¿sabes a qué lado de la puerta has dejado el paraguas y a qué lado de la puerta has dejado los zapatos?
N-n-no, tartamudeó el joven, desconcertado. ¿Por qué?
El maestro le respondió de forma muy calmada: “Porqué lo que tu buscas es la consciencia” ¿Y cómo puedes estar consciente si ni siquiera sabes dónde has dejado los zapatos y el paraguas?
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