Las madres mauritanas someten a sus hijas entre ocho y diez añosa largas sesiones de engorde. El objetivo es desposarlas porque los hombres de la zona prefieren a las mujeres obesas. Los efectos secundarios carecen de importancia.
Los cánones de belleza varían de un país a otro de manera deslumbrante. En Mauritania una mujer que desee casarse tiene que llegar a los 80 o incluso a los 100 kilos. Los hombres las prefieren gordas.
En este país, el ideal de belleza femenino pasa por acumular cuanta más grasa mejor. Una obsesión que lleva a cebar a las mujeres desde que están en edad casadera.
Muchas veces, se emplea para este fin verdaderas "granjas de engorde"diseñadas para esta brutalidad. Pueden chillar, llorar o incluso vomitar porque nadie va a ayudarlas. Las madres quieren un marido para sus hijas y saben que a los hombres, en las zonas rurales de Mauritania, les gustan gordas. Tijdan Fal, voluntario de origen mauritano ha confirmado" Es una práctica de marketing de las niñas".
Las niñas entran en la granja cuando están entre los ocho y los diez años y sólo pueden salir una vez que lleguen a los 80 o incluso los 100 kilos. Tienen recursos para obligarlas. Llevan pìnzas de madera en los pies para causar dolor o les retuercen los dedos hasta que no puedan más y se rindan. Para ellos, el fin justifica los medios.
La nueva moda ahora es tomar la píldora anticonceptiva. Aida Sanz, técnica expatriada de la Asamblea de Cooperación por la Paz ha afirmado: "Toman la píldora porque tienen la falsa creencia de que ayuda a engordar".
Los efectos secundarios, en este caso, carecen de importancia. Gran parte de la población femenina tiene problemas de corazón, tensión arterial alta y dificultad de movimiento. Pero estas enfermedades carecen de importancia siempre y cuando los hombres las prefieran gordas.
laSexta.com
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