Lo estamos viendo y viviendo, y es que nuestro cuerpo reacciona a las altas frecuencias, (emitidas en gran parte por el Sol…) de formas distintas. Es normal que sintamos más sensibilidad, estemos fatigados física y mentalmente, tengamos que depurar emociones no liberadas quizá en forma de alguna enfermedad…, en realidad ya os he hablado de todo esto en muchas ocasiones,pero ahora quiero dar mi punto de vista y comentar un poco sobre estas altas frecuencias.
Cuando hablamos de vibrar en una alta frecuencia damos por hecho que estamos en una posición más sutil, más próxima a la esencia, pero la condición que se manifiesta no significa que sea mejor, sino que ésta , nos facilitará una comprensión mucho más amplia en la que podremos hacernos conscientes de que la alta frecuencia integra y unifica nuestros cuerpos tanto el físico, el mental, el emocional y el espiritual, por lo tanto podremos vivir de una forma tridimensional más completa, experimentado esta experiencia como única, unificada y esto requiere de un trabajo interno de renovación y amor.
La alta frecuencia determina que podemos abarcar muchas realidades y acceder a grandes posibilidades sanadoras internas, y eso es lo que sucede cuando esas altas frecuencias son percibidas o emitidas por nosotros.
Cuando más baja es la frecuencia, menos rápidamente ocurre la vibración dentro de este espacio temporal, por lo tanto no percibimos estas cualidades del alma transfiriéndolas a la materialidad.
Lo verdaderamente importante es que cada vez más personas van integrando estas frecuencias de luz altas, y estas mismas frecuencias harán que se transmuten los pensamientos de separación, de miedo, de intolerancia, de apego, convirtiéndolas en unicidad de consciencia.
©Luhema
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