Si lees historias inspiradoras, encontrarás que la mayoría de las personas que llamamos “héroes” son simplemente individuos quienes encontraron una situación oscura y tuvieron la pasión y la perseverancia para crear algo positivo, a pesar de todo. Uno de tales ejemplos inspiradores es Pushpa Basnet, una de los Héroes del Año 2012 de CNN, quien ayudó a desarrollar un programa de viviendas para los hijos de los prisioneros de Nepal luego de saber que estaban creciendo encarcelados con sus padres. La semana pasada estuvo también llena de historias poderosas sobre hombres y mujeres que están poniendo todo de ellos para hacer que las cosas estén mejor para sus vecinos, e incluso para extraños, luego de la estela de destrucción del huracán Sandy. Ciertamente la historia nos enseña que la mayoría de los logros de la humanidad han florecido desde la semilla del trabajo duro y la perseverancia sembrada en beneficio de otros frente a la dificultad.
Lo mismo fue verdad para Abraham en la Biblia. Si observamos la vida de Abraham, veremos que él alcanzó su nivel espiritual elevado porque paso a través de diez pruebas. Pero si observamos un poco más profundo, veremos que no fueron las pruebas en si las que lo llevaron a donde necesitaba estar, sino más bien la forma en la que él respondió a ellas. Abraham no se quejó en la cara de cada dificultad o dijo: “¿Por qué tengo que hacer esto? ¿Por qué estoy siendo obligado a sufrir de esta manera?” Más bien, cualquier cosa que el Creador le pidiera, Abraham lo aceptaba como su rol y con certeza. Él tomó las circunstancias que se le entregaron, las formó y creó belleza a partir de ellas. Lo que pareciera negativo, Abraham lo transformó en algo positivo.
Cuántas veces la vida nos ha lanzado una bola curva y lo primero que decimos es “¿cómo es posible? ¿Por qué a mí? ¿Cómo es que mi negoció se vino abajo? ¿Cómo es posible que mi relación fallara? Después de todo ¿no soy yo una persona espiritual?”. La mayoría del tiempo, vivimos el día como una serie de actividades por completar: despertar, ir al trabajo, hacer lo que sea necesario para continuar con nuestras vidas. Si completamos estas tareas, somos felices y nos sentimos productivos, y si no, no sentimos insatisfechos. Abraham vivía sus días de manera diferente. Cada vez que era confrontado con agresión, cada vez que se encontraba con personas que buscaban hacerle daño, cada vez que corría y se encontraba con una pared, él decía: “Acepto esta situación por lo que es, y en vez de dejar que me victimice, la transformaré en algo positivo”. En otras palabras, Abraham vivió para encontrar espiritualidad en cada día, en cada prueba, en cada frustración que enfrentó.
La verdad es que no tenemos que esperar que la tragedia nos despierte. Cada uno de nosotros, si abrimos nuestros ojos y conectamos un poco más con nuestras vidas, encontraremos que tenemos oportunidades todos los días para transformar lo negativo en positivo. La mayoría del tiempo, cuando alguien o alguna situación nos desafía, nuestro primer pensamiento es usualmente: ¿cómo puedo hacer que esta situación se vaya lo más pronto posible?, en lugar de ¿cómo puedo transformar esta situación en Luz? Algunas veces, incluso podemos ser rápidos para empujar la situación a un lado que no nos damos cuenta que hemos perdido una oportunidad para hacer un cambio en nuestras vidas.
Esta semana, vamos a estar conscientes de las oportunidades que el universo nos envía para traer espiritualidad en tus actividades diarias, para así alcanzar las alturas para las que fuimos destinados.
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