Hay parejas que mantienen su amor vivo a lo largo de los tiempos, como si ninguna tormenta pudiera con él, con alegría, maravilla y respeto. Pero el amor no sucede porque sí, dependiendo de la suerte o el destino, es algo que cada uno crea en su vida. Cada vez me parece más claro que los que tienen el privilegio de gozar de esta situación han elegido este tipo de amor (e incluso amores) desde el nivel del alma y le han prometido entrega total. Es como si esta promesa estuviera formulada desde antes del nacimiento. Cuando llega el momento del encuentro el amor fluye de manera natural, pero no porque te hayas enamorado de la manera de ser o de la imagen maravillosa de la persona, sino como fruto de tu acuerdo original. Los chispazos en las miradas y los enamoramientos instantáneos, entre este tipo especial de personas, son más bienreconocimientos de la antigua promesa formulada, que casualidades mágicas. Ése es el sentido de la frase he nacido para amarte o de la entrega de cuerpo y alma que se manifiesta en algunas parejas.
Por muchos principios teóricos que formulemos, por muchos libros especializados que leamos, por muchas películas tipo 'el secreto' que veamos, la realidad de nuestra vida se mueve a través de las emocionesmucho más que a causa de los pensamientos. Podemos comprenderlo todo, pero antes de que nos hayamos dado cuenta ya hemos explotado contra el que está delante, especialmente si se trata de papá o mamá, de un hermano, de un jefe o de un ex. Por eso se hace imprescindible recapitular y limpiar nuestra vida emocional antes de que el poder del pensamiento entre en escena con verdadera capacidad de transformación.
Cuando las emociones personalistas se disuelven y dan paso a los sentimientos de respeto y de cariño, al sentido de la unicidad y al amor incondicional, entonces comienza de verdad a funcionar la alquimia mental y podemos transformar el plomo de los pensamientos densos en la ligereza del oro del pensamiento creativo. Obtenemos de la vida lo que sentimos, más que lo que pensamos. Nadie recuerda lo que dijiste, pero todo el mundo tiene grabada tu intención y las emociones que te movieron para decir aquello. Las emociones son la clave para saber qué tipo de cosas estamos pensando. Son las sensaciones que se manifiestan para reflejar nuestras creencias sobre la vida, son los pensamientos sensoriales que nos acompañan siempre.
Existe una dimensión donde el tiempo respira como una totalidad indivisa.Pasado, presente y futuro están enlazados sin remedio. Y si pudiéramos ver los pequeños problemas de cada día desde esta perspectiva más global, sería fácil comprobar cómo la abuela araña enlaza el tejido cósmico de cada uno de los sucesos, positivos o negativos, como hilos de un telar que al mezclarse producen el resultado deseado a través de situaciones dispares y no siempre deseadas. Los hechos simplemente existen y la ilusión de que vamos hacia ellos pertenece tan sólo a esta dimensión limitada de la conciencia tridimensional. Cada logro del futuro existe ya ahora en el pasado, plenamente realizado, esperando a que nos demos cuenta de una vez que ya está conseguido, y de que el esfuerzo no sirve demasiado para lograrlo. Necesitamos confianza y entusiasmo en la vida, más que grandes sacrificios y disciplinas rígidas. Meditación más que romperse los cuernos contra el muro. Todos sabemos esto, pero ni siquiera logramos enfrentar las limitaciones que nos han enseñado. Esta cultura es una basura hedionda, un concilio oscuro contra el espíritu y contra el flujo natural de la gracia.
MIYO
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