Pero no solemos hablar del espíritu que, aunque nos parece constante en su potencialidad no manifestada, la verdad es que emerge con una fuerza que nunca ha sido expresada en nuestra realidad. Por eso el ego ha de abandonar el trono (¡Ay del chiquirritín sentadito en el trono…! se cantaba a los niños cuando por fin aprendían a hacer cacas en el orinal) y ponerse al servicio del espíritu, lo mismo que la mente y las emociones que lo acompañan, fluyendo al servicio de las líneas intuitivas del corazón. Porque es el corazón energético el que permite a la familia humana crecer juntos en relaciones coherentes y compasivas. En estos próximos años hasta el 2013 el tiempo seguirá acelerándose creando mucho estrés excepto para aquellos que ya estén bien alineados con el espíritu interno.
Sin embargo cuando hay gentes que sufren discriminación y maltrato ¿cómo pedirles que den ese paso de coherencia y de perdón? Pues no hay otro camino para el amor que reactivar las cualidades o virtudes del corazón, invocando la ayuda de los planos superiores y dejando que el espíritu (dios, fuente energía creadora, etc) de a cada uno lo que le corresponde. Cada esfuerzo se reconoce, cada comprensión, cada dolor ofrendado, pero nunca en el mismo plano en que se produce la experiencia. Normalmente el reconocimiento se desplaza en el tiempo y en el espacio y no somos capaces de enlazarlo con nuestras acciones pasadas. Sin embargo la fuente de la vida es consciente de todos nuestros actos y sumamente equitativa e imparcial en sus respuestas, por muy increíble que esto pueda parecernos ahora.
Es hora de dejar a un lado todo lo que se refiera al juego de la importancia personal (venganzas, odios, resentimientos, sentirnos víctimas, sufrir desconsoladamente), el espíritu baraja y reparte las cartas dando a cada uno su suerte exacta. Lo nuestro es el perdón a los enemigos, a los fanatismos y a las injusticias, sabiendo el papel evolutivo, aunque oscuro, que juegan en la vida humana. Ser humildes y tener compasión por los que están envueltos con las telarañas del ego, agradecer la sabiduría que nos transmiten estas acciones des armoniosas de quienes nos rodean. Dejar el juicio a un lado e irradiar valor para atreverse de una vez a abrazar el monstruo de la agresividad y del miedo que nos consume.
Las explosiones emocionales nos impiden conectar con los canales superiores de comunicación que las nuevas dimensiones están abriendo para nosotros desde la convergencia armónica del 87.
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Miyo
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