Les deseo que no tengan sentimientos heridos,
esa respuesta emocional cuando alguien por el que se interesan no les presta la atención que ustedes sienten que se merecen, cuando se sienten despreciados porque alguien está demasiado absorbido en sus propios intereses y actividades y se olvida de hacer refulgir la luz sobre ustedes.
Estos pequeños sentimientos que lastiman se apilan en un resentimiento contra la misma gente que ustedes desean que los amen, y entonces este resentimiento comienza a ser una tensión en su relación, a fin de que aún viendo a alguien que aman, ustedes quieren estallar en ira y lastimar, antes que disfrutar del calor del sol en el gozo de su compañía, aún cuando, por supuesto, es su compañía y atención la que están buscando. Y así, estos pequeños resentimientos acumulados durante el llamado telefónico; que no devueltos, los cumpleaños olvidados, las citas de último momento, comienzan a minar el mismo amor que buscan.
Pueden darse cuenta que estas son viejas emociones de su niñez cuando ustedes pensaban que el mundo daba vueltas a su alrededor, antes que ustedes fueran conscientes de las presiones, cargas y tensiones cotidianas de la vida adulta. Ellas provienen de aquellos días, cuando ustedes asumían todo personalmente, dado que cada uno les estaba respondiendo directamente. Pero aún cuando puedan ahora pensar como un adulto, los sentimientos están aún allí, intensificándose dentro de ustedes.
Pero existe un antídoto, una forma de finalizar este ciclo destructivo de desamparo, dolor y resentimiento. Su objetivo es convertirse tan completos, tan totalmente centrados en el interior de su propio destello de amor por ustedes mismos y de su vida, que nada de afuera pueda minarlos. Cuando ustedes estén suficientemente fascinados con su propio fuego, podrán ver la diferencia entre alguien que intencionalmente los está desairando y alguien que está simplemente distraído, e instantáneamente perdonarán a la gente simplemente por ser quienes son y por estar tratando de vivir sus vidas lo mejor que pueden.
Estos sentimientos que lastiman son justo un espejo de sus propias necesidades insatisfechas por amor propio, una necesidad de que al fin y al cabo, solamente ustedes pueden llenar. Permitan que estos sentimientos que los lastiman sea su recordatorio disparador de que ustedes aún no han reconocido completamente su propia belleza y maravilla, su propia gloria y brillo.
Porque cuando ustedes están llenos de amor por completo, cuando están resplandeciendo con la maravilla que ustedes son, cuando están íntegros y enteros no necesitan reconocimiento de otros. Y en este estado de relucir la luz y el amor, ustedes pueden entonces aplicar el antídoto más grande de todos, que es darle a los otros lo que ustedes estaban buscando de ellos: esa sonrisa, ese saludo cálido, ese reconocimiento y atención, amor verdadero y genuino, libre de resentimientos que proviene de un centro que está lleno y completo como un fuego cálido de amor a donde otros puedan acudir, sintiendo que por fin ellos han regresado a casa.
VÌA YO EVOLUCIONO
esa respuesta emocional cuando alguien por el que se interesan no les presta la atención que ustedes sienten que se merecen, cuando se sienten despreciados porque alguien está demasiado absorbido en sus propios intereses y actividades y se olvida de hacer refulgir la luz sobre ustedes.
Estos pequeños sentimientos que lastiman se apilan en un resentimiento contra la misma gente que ustedes desean que los amen, y entonces este resentimiento comienza a ser una tensión en su relación, a fin de que aún viendo a alguien que aman, ustedes quieren estallar en ira y lastimar, antes que disfrutar del calor del sol en el gozo de su compañía, aún cuando, por supuesto, es su compañía y atención la que están buscando. Y así, estos pequeños resentimientos acumulados durante el llamado telefónico; que no devueltos, los cumpleaños olvidados, las citas de último momento, comienzan a minar el mismo amor que buscan.
Pueden darse cuenta que estas son viejas emociones de su niñez cuando ustedes pensaban que el mundo daba vueltas a su alrededor, antes que ustedes fueran conscientes de las presiones, cargas y tensiones cotidianas de la vida adulta. Ellas provienen de aquellos días, cuando ustedes asumían todo personalmente, dado que cada uno les estaba respondiendo directamente. Pero aún cuando puedan ahora pensar como un adulto, los sentimientos están aún allí, intensificándose dentro de ustedes.
Pero existe un antídoto, una forma de finalizar este ciclo destructivo de desamparo, dolor y resentimiento. Su objetivo es convertirse tan completos, tan totalmente centrados en el interior de su propio destello de amor por ustedes mismos y de su vida, que nada de afuera pueda minarlos. Cuando ustedes estén suficientemente fascinados con su propio fuego, podrán ver la diferencia entre alguien que intencionalmente los está desairando y alguien que está simplemente distraído, e instantáneamente perdonarán a la gente simplemente por ser quienes son y por estar tratando de vivir sus vidas lo mejor que pueden.
Estos sentimientos que lastiman son justo un espejo de sus propias necesidades insatisfechas por amor propio, una necesidad de que al fin y al cabo, solamente ustedes pueden llenar. Permitan que estos sentimientos que los lastiman sea su recordatorio disparador de que ustedes aún no han reconocido completamente su propia belleza y maravilla, su propia gloria y brillo.
Porque cuando ustedes están llenos de amor por completo, cuando están resplandeciendo con la maravilla que ustedes son, cuando están íntegros y enteros no necesitan reconocimiento de otros. Y en este estado de relucir la luz y el amor, ustedes pueden entonces aplicar el antídoto más grande de todos, que es darle a los otros lo que ustedes estaban buscando de ellos: esa sonrisa, ese saludo cálido, ese reconocimiento y atención, amor verdadero y genuino, libre de resentimientos que proviene de un centro que está lleno y completo como un fuego cálido de amor a donde otros puedan acudir, sintiendo que por fin ellos han regresado a casa.
VÌA YO EVOLUCIONO
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