Si tú me dices ven…
Igual decido venir, pero debes saber que no voy a dejarlo todo por ti. No seria bueno para ninguno de los dos. Tú no puedes llenar mi mundo ni yo el tuyo a no ser que sean mundos muy pequeños.
Si tú me dices ven…
Yo voy a continuar trabajando en mi proyecto de vida personal, manteniendo mis valores, mis sueños, mis ilusiones, cultivando mis aprendizajes, cuidando mis relaciones, continuando con mi trabajo, mis aficiones.
Si tú me dices ven…
Aunque me sienta enamorada de ti, antes de venir voy a valorar si nuestro proyecto individual de vida es compatible y también si estoy dispuesta a iniciar contigo el trabajo amoroso de construir juntos un proyecto de pareja conjunto.
Si tú me dices ven…
Igual yo también te digo ven conmigo y vamos a decidir juntos el camino que seguiremos los dos. Pero para compartir nuestro camino será necesario que ambos tengamos un camino para compartir.
Si tú me dices ven…
Quizás te proponga explorar un nuevo mapa de afectos: de sueños, ternura, ilusión, amor, amistad y pasión… y conquistar juntos un nuevo espacio, una nueva nación donde ambos podamos crecer y mejorar como personas.
Si tú me dices ven…
No lo dejaré todo ni tampoco te voy a pedir que dejes nada por mí. Respetaré tu mundo y te pediré que respetes el mío Yo te dejaré entrar en mis sueños si tu también me haces un sitio en los tuyos.
Es esencial aprender a ser y a respetarnos a nosotros mismos, para poder vivir una relación armoniosa, y amorosa con nuestra pareja. Como dijo Oscar Wilde: “Amarse uno mismo es el comienzo de un romance para toda la vida”. Y como afirma la Ecología Emocional: No es posible dar ni hacer por los demás lo que uno no es capaz de hacer o darse a sí mismo. Éste es uno de los retos de la pareja emocionalmente ecológica: Juntos, sí; pero no atados.
Artículo para revista: “Nosotras”
Jaume Soler y Mercè Conangla son cofundadores de Fundació Àmbit, Instituto para el Crecimiento Personal de Barcelona
No hay comentarios:
Publicar un comentario