Si se le presta demasiada atención a la enfermedad, te conviertes en víctima de una hipnosis. Si te quejas continuamente de algo, creas un círculo vicioso; te quejas y provocas el motivo de la queja, porque cada lamento hace que le prestes de nuevo atención, y otra vez te quejas. Se convierte en algo repetitivo.
He oído decir (y ha sucedido muchas veces): una persona estaba enferma, paralizada; durante quince años no pudo andar. De repente, una noche, la casa se incendió y todo el mundo salió corriendo de allí. El hombre olvidó que estaba paralizado, así que él también salió corriendo de la casa. Sólo fuera de la casa, cuando su familia le encontró corriendo, le dijeron: "¿Qué? ¡Eres paralítico!". El hombre se cayó al suelo.
¿Qué pasó? Ante una situación tan grave (la casa se quema) el hombre olvidó por un instante que estaba paralizado. Si puedes olvidar tu enfermedad, ésta desaparecerá más rápidamente de lo que cualquier medicina puede conseguir. Si no la puedes olvidar, si continuamente estás obsesionado por ella, entonces estás jugando con la herida. Cuanto más juegues con la herida, más profunda se hace".
Osho, Ni agua, ni luna. Charlas sobre el zen
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