El profeta Natán solía acercarse al Rey David todas las noches y decirle: “esto es lo que hiciste mal hoy, las cosas malas que dijiste, a quien heriste hoy”. ¿Puedes imaginar ser confrontado todas las noches con cada transgresión que cometiste durante día? ¡La mayoría de nosotros ni siquiera querría ir a dormir!
Pero el Rey David era diferente. Cuando escuchaba estas cosas, escribía una canción de alegría. Le traía mucho júbilo saber qué había hecho mal durante el día porque entendía que sólo teniendo esta información sabría qué necesitaba corregir, y sólo con esta información él podría revelar más de su potencial en este mundo.
Esta historia nos recuerda que la única forma en la que podemos saber qué tenemos que cambiar es al reconocer el lugar en el que “el otro lado” se ha infiltrado en nuestra personalidad. La acción de reconocer es el primer paso hacia la elevación espiritual. Si estamos abiertos esta semana, entonces el universo nos mostrará aquellos aspectos de nosotros mismos que nos están bloqueando de la verdadera plenitud en nuestras vidas.
Piénsalo. Cuando alguien nos ofende, nos enojamos o cortamos con esa persona. Cuando dicen algo que no nos gusta, nos apresuramos a considerarlos estúpidos o inútiles. Entonces ¿no es increíble como el Creador no hace lo mismo con nosotros? El Creador siempre escucha. EL creador siempre nos da otra oportunidad.
Esta semana, intentemos ser como el Creador; permanecer abiertos a las cosas difíciles sobre nosotros que no nos gusta escuchar, que quizás nos gustaría desechar. No deberíamos sentir la necesidad de matar al mensajero; después de todo, el mensajero está para ayudarnos. Sin importar cómo se vea por fuera, mientras hayamos hecho todo lo que podamos hacer para crear un ambiente positivo para nosotros mismos, todo lo negativo que nos llegue será para enseñarnos una lección o para mostrarnos un aspecto de nosotros mismos que necesitamos evolucionar y cambiar.
La Madre Teresa dijo una vez: “No todos nosotros podemos hacer grandes cosas, pero podemos hacer pequeñas cosas con inmenso amor”. De manera similar, por lo general queremos cambiar el mundo entero, con todos sus problemas, al mismo tiempo. En vez de ello, permanezcamos contentos para cambiar esas cosas pequeñas que podemos cambiar ahora mismo, aunque la ciencia nos está mostrando, y los kabbalistas lo han dicho por siglos, que nuestras acciones positivas tienen un efecto cuántico en el mundo.
Así que esta semana, vamos a aprender a ser felices como el Rey David cuando el universo nos muestre qué necesitamos cambiar para que podamos superar nuestros bloqueos y acercarnos a la Luz del Creador.
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