El primer trabajo del mago es emprender su propia
transmutación, por eso, por definición, es una persona que
se hace a sí misma.
Un mago es un domador de dragones. No los mata; los
subyuga. Algunas personas tienen hasta dos o tres dragones.
El mago domina los propios.
Ese gobierno de las fuerzas naturales requiere una armonía
especial a la cual nunca, nunca, tendremos acceso mientras
no podamos deshacernos de la piel vieja para que surja una
piel nueva. Eso significa, en esencia, poder disfrutar de
libertad interior porque, como veremos luego, la libertad es
el elemento más importante que puede y debe tener el
mago. Sin libertad no hay nada.
Todo esto incluye un proceso de renovación tan total que no
podremos alcanzarlo sino a través de la autenticidad, vale
decir, eliminar toda presunción intelectual porque se trata de
poder abandonar todo lo que no nos pertenece y tener el
valor de ser nosotros mismos; cosa difícil porque,
generalmente, la sociedad nos demanda que seamos, o por
lo menos que parezcamos ser, muchas cosas que en realidad
no somos.
de EL LIBRO DE LOS MAGOS
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