Reflexiona, observa con ternura hacia ti mismo, sin culpa, con paz y calma. Cuando sientas incomodidad pregúntate: ¿qué he hecho que Dios no hubiera hecho, o qué he dejado de hacer que Dios hubiera hecho? La conciencia es pedir al Espíritu santo o a Dios ver algo con Él, verlo juntos. La santidad te usará a tu manera, con tu vehículo (el ego no quiere que sea a tu manera). Planta un concepto –pregunta- en tu mente espiritual y caliéntalo (no pensándolo con la razón) en tu meditación/silencio para que se abra como una semilla.
Publicado por Escuela de Un Curso de Milagros
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