Desde luego mira que somos tozudos y nos gusta insistir y tropezar varias veces con la misma piedra. El caso es que nos obcecamos y no paramos de dar vueltas a todo aquello que es negativo. “No hay manera de que entienda los problemas de físca” dice el estudiante. “Mi compañero de trabajo me hace la vida imposible” repite el oficinista. “Mi sobrino nunca me llama” dice la tía.
¿Qué pasaría si en lugar de obsesionarnos con lo negativo lo hiciésemos con los positivo?¿Qué sucedería si en en vez de empeñarnos en buscar la parte negativa de las cosas buenas nos dedicásemos a extraer la parte positiva que hay dentro de las cosas malas?¿Qué ocurriría si utilizásemos toda nuestra energía en vivir de forma positiva?
Creo que indudablemente seríamos más felices.
A todos nos ocurren cosas que NO nos gustan. Son dolorosas, nos afectan, nos hacen sentir mal… Pero después de un periodo de duelo o de unos momentos de enfado es necesario que nos demos la oportunidad de ser felices. Por supuesto que no debemos obviar los problemas, sino que hay que afrontarlos. Pero estancados en el lamento continuo piensa que no arreglamos absolutamente nada y estamos cerrando la puerta a la felicidad.
¡¡¡Demos constantemente oportunidades a la felicidad!!!
VÍA BLOG ALTERNATIVA
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