sábado, 2 de junio de 2012

HAY QUE DESTRUIR LOS SUEÑOS...♥



Alejandro Rozitchner

El entusiasmo es algo que le sucede a los seres reales, no a los fantasmas, y el sueño es algo fantasmal.

Quien sueña es como que todavía no creyera que eso que anhela pudiera formar parte de la realidad que vive.

Hay que destruir los sueños, volverlos realidad. Sólo así se preña al mundo con la fuerza del querer.

El hilo del que hay que tirar para ir desenrollando ese mundo propio aun no realizado son las ganas, el deseo.

Y aquí podríamos decir: el deseo del adulto nace en la fantasía del niño, en sus sueños. Pero de adultos no podemos quedarnos con los sueños, tenemos que sentir la excitación del empuje.

“Hay que destruir los sueños” quiere decir: lo que llevás para el lado de esa fantasía ilusoria hay que llevarlo para el lado de los hechos, hacia las cosas. El soñador se salva al congelarse en una pureza imposible, mejor sería que intentara dar pasos reales.

Es preferible usar la idea de ganas (o deseo) antes que la de sueño, porque los sueños son por definición algo desgajado de la realidad, propios de la fantasía del niño, que no tiene mucho mundo, mientras que las ganas son más reales y adultas, y logran su objetivo en un mundo concreto.

No son los sueños, lo que nos hace mover, son los deseos. “Sueños” remite a “realidad ilusoria”, “ganas” en cambio expresa una excitación que conoce el mundo al que se enfrenta.

El soñador se aparta un poco de las cosas, en cambio el que tiene ganas se mete en el mundo y hace lo suyo.

Fuente: http://100volando.blogspot.com/

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