Con un grano de maíz el hombre sembró una planta de maíz y esa planta no dio solo un grano de maíz, la planta creció y dio muchos granos en cada mazorca y cientos de semillas .
Así es la naturaleza, cuando germina una semilla se cumple la ley de la abundancia.
Con nuestros pensamientos pasa algo similar, el efecto siempre es mayor a la causa, pero siempre cosechas lo que siembras.
En todo se cumple la ley del mínimo esfuerzo, lo que cosechamos siempre es mayor a lo que sembramos.
Recibes mas de lo que das. Todo regresa a ti, a su creador, y lo mas notable y que nos diferencia del resto de la naturaleza, es que los seres humanos podemos dar órdenes a este poder infinito por medio de la atención consciente.
De esa forma nuestra cosecha siempre será abundante.
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