Sin embargo, ahora los estoy llamando los portadores de fósforos, y ustedes saben qué es eso, Faros de Luz. Ustedes proporcionan una luz en la oscuridad y por eso están aquí. Menos de la mitad del uno por ciento de ustedes tiene que encender este fósforo para crear paz en la Tierra. Las semillas para eso ya se están plantando en estos momentos. En la vieja energía, ustedes se apartaban de la oscuridad, pero ahora queremos que se queden en su cultura y simplemente hagan brillar su luz.
Así que esto es lo que quiero decirles. En esta sala algunos están diciendo: “¿Por qué tengo que trabajar donde trabajo? No hay nadie de la misma mentalidad, y es un lugar oscuro. No me gusta, pero tengo que ir allí.” Y de nuevo les decimos lo que hemos dicho por décadas, que si ustedes son los Faros, van a estar donde no haya ningún otro Faro. Tal vez sean la única luz ahí. No tienen idea de a cuántos barcos están conduciendo a un lugar seguro. Es por eso que están aquí, para recorrer lugares que quizás nunca han recorrido, o tal vez permanecer en lugares que son oscuros.
Tienen la promesa del Espíritu de que, en esta nueva energía, la oscuridad no los puede tocar. Si están sosteniendo la única luz ¡la oscuridad no puede tocarla! La ausencia de luz no puede suplantar a la luz. No se preocupen de que algo pueda afectarles porque sea oscuro. No puede. ¡No puede! Ya no deben retirarse más de la sociedad. No se enorgullezcan, por ejemplo, de no ir aquí, o no hacer esto o aquello, porque parece como si se estuvieran entremezclando con quienes no son de mentalidad afín. No juzguen a quienes los rodean. Sepan que todos son partes de Dios como ustedes. ¡La única diferencia es que ustedes son almas viejas y tienen un fósforo! Tienen las semillas del maestro. ¿No les gustaría encenderlo para que ellos puedan ver mejor?
Otros humanos tal vez no sepan nunca de dónde proviene esa luz vivificante. Tal vez no sepan cómo se llaman ustedes. Pero si permanecen en medio de ellos encendiendo un fósforo, ellos se verán mejor los unos a los otros. Bienaventurados los Seres Humanos que se ven los unos a los otros en la luz, porque es menos probable que vayan a la guerra, y todo porque alguien encendió un fósforo.
El fósforo es la metáfora del alma vieja iluminada, caminando por este planeta con conocimiento. “Entonces, ¿qué se supone que hagamos?”, dicen. “¿Cuál es la tarea?” No se supone que hagan nada. Se supone quesean. El faro no tiene comunicación con los barcos en el mar. Sólo hace brillar su luz. Ustedes no tienen que ir por ahí evangelizando. No tienen que ir por ahí dándole un libro de Kryon a alguien. No tienen que decir nada. La luz que llevan se manifiesta en cómo tratan a los demás, cómo tratan a su familia, y lo que hacen en situaciones que son típicamente humanas. Es la forma en que reflejan el amor de Dios.
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