Lenín E. Salmon
Parecería una pregunta inocente, superficial, fácil de procesar para pasar a un tema más profundo. Pero en realidad hay pocas cosas más importantes en la vida que la actitud con que uno la vive, y la diferencia entre una predisposición positiva y una negativa puede ser vital para el significado final de nuestra existencia. Por definición pensaríamos que la inmensa mayoría de la gente es optimista, sus filas incrementándose cada día en un ambiente alentador y armonioso.
Pero no es así. Un considerable porcentaje de la población es escéptica, desconfiada, depresiva, con una visión de bajas expectativas sobre la forma en que el mundo y la vida lo va a tratar, fijándose más en los errores y fracasos que en los aciertos; resaltando los perjuicios y a menudo ignorando cualquier pequeña señal positiva (ven el “vaso medio vacío”). Por supuesto que una persona que tiene un enfoque lúgubre hacia la vida no espera un día soleado, ni lo disfrutará si sucede. Lo poco que logrará confirmará su profecía.
En el campo opuesto se encuentran las personas que esperan que las cosas salgan bien, y sus deseos positivos les hacen apreciar cada pequeña evidencia de progreso hacia la meta deseada; su talante es animado, su humor agradable, y piensan que su motivación constructiva va a ayudar a conseguir resultados favorables (ven el “vaso medio lleno”). Son las personas que no se desaniman por fracasos enfrentados en el camino a sus objetivos finales y se sienten con derecho a disfrutar de sus triunfos, que los hacen sentir aún más optimistas sobre sus siguientes desafíos.
Los pesimistas piensan que son realistas y que los otros viven de ideales y fantasías no siempre realizables. Pero, ¿quién tiene la razón? Tal vez Henry Ford lo resumió al decir: “Si piensas que puedes, o piensas que no puedes, tienes razón”, porque eso es lo que va a suceder. Lo que ha venido quedando en claro con el paso del tiempo es que la gente optimista, positiva, goza de mejor salud, maneja mejor el estrés protegiendo su sistema inmunológico y vive en promedio un par de años más que los pesimistas. Es un tema sobre el que debemos reflexionar.
Fuente: http://www.larevista.ec
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