Qué importantes son los ejemplos para entender. Y cuanto más sencillos, mejor. S.Covey, en su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva utiliza una metáfora para referirse a nuestro saldo de “caricias emocionales”.
Sin duda, el constante intercambio de “caricias emocionales” es una necesidad vital de las personas. Es interesante que en las relaciones próximas haya ingresos constantes de afecto, de reconocimiento y de confianza. Si en estas interacciones frecuentes no se producen reintegros automáticos o ingresos periódicos, los depósitos iniciales (por extensos que sean), acaban por evaporarse, y las relaciones se van deteriorando.
A ver qué os parece esta metáfora de S.Covey:
Si aumento mis depósitos en una cuenta bancaria emocional de la que hago a usted depositario, mediante la cortesía, la bondad, la honestidad, y mantengo mi compromiso con usted, yo constituyo una reserva. La confianza que usted tiene en mí crece y yo puedo apelar a esa confianza muchas veces [...] Incluso puedo equivocarme, y ese nivel de confianza, nuestra reserva emocional, compensará la diferencia. Puede que mi comunicación no sea clara, pero usted me entenderá de todos modos. Cuando la cuenta de confianza es alta, la comunicación es fácil, instantánea y efectiva. Pero si tengo la costumbre de mostrarme descortés e irrespetuoso, de interrumpirlo, de exteriorizar reacciones desmesuradas, de ignorarlo, de comportarme con arbitrariedad, de traicionar su confianza, de amenazarlo [...] finalmente mi cuenta bancaria emocional quedará al descubierto.
No olvidéis de realizar los ingresos correspondientes en vuestras cuentas bancarias emocionales. Feliz día y hasta el próximo post!
http://labrujitaaprendiz.wordpress.com
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