En su libro “Aprendices del amor”, el Dr. Levy propone una simplísima y maravillosa aproximación a la comprensión del amor:
“Tal vez podamos comenzar observando simplemente nuestras manos”, dice.“Cómo se relacionan entre sí mientras realizan las tareas del día: ponerse la ropa, abrochar un botón, preparar un café,…Todas las tareas.PSINERGIA
Observarlas con detenimiento y mirar la relación.
Allí hay ayuda recíproca, ajustes continuos, acoplamientos precisos, sentido de equipo… Esa es la cooperación del amor.Para aprender eso que hacen con naturalidad, nuestras manos han pasado por un proceso de aprendizaje, por la experiencia, por el ensayo y el error, han evolucionado hasta alcanzar la motricidad fina que les permite tal armonía.
Y así como nuestras manos construyen su relación de amor, lo hacemos nosotros cuando la totalidad de nuestro ser se relaciona con otro ser”.
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