El Último Día
El 11 de octubre… que es también la luna llena de Aries (renacimiento)… entramos en el séptimo y último “día” de la novena onda del Calendario Maya. Ésta se considera la fase “fructífera” del árbol de la vida, y mi interpretación es que éste es el momento en que la fruta madura (los despiertos) cae a la tierra (descienden por completo en sus cuerpos físicos) y propagan las semillas (información de luz) para cultivar una nueva sociedad (ascendida) de conciencia de unidad y de amor.
No sólo eso, sino que según Carl Calleman, TODAS las 9 ondas… que comenzaron hace 16.400 millones de años… terminan el 28/10/11. Yo sé que paso repitiendo esto, pero es que es alucinante. Y si eso no los alucina, es que no están prestando suficiente atención o su cerebro no puede procesarlo. De cualquier manera, el fin del mundo tal como lo conocemos… además de todas las otras “señales” de que estamos adentrándonos en nuestros plenos orígenes galácticos/cósmicos… es algo muy grande. Que podría alterar nuestras vidas, incluso.
Al llegar el calendario a su fin, quienes han estado reorientándose activamente hacia esta nueva línea de tiempo están, literalmente y figurativamente, fusionándose con el “TIEMPO REAL”… es decir, el tiempo auténtico así como el tiempo del momento presente. Nos estamos haciendo uno con la matriz del tiempo universal, que para mí no es nada más ni nada menos que alinearnos con el pulso cósmico, el latido de la Creación… con C mayúscula. En otras palabras, nos estamos alineando por completo con el ímpetu (sincronía), y por lo tanto el apoyo, del universo a través de la evolución cíclica de la creación, a diferencia del tiempo artificial hecho por el hombre. ¿Pueden decir: p.a.l.a.n.c.a.?
Los invisibles dicen que las tres dimensiones de pasado, presente y futuro se están disolviendo en UNO y el tiempo está cambiando tan radicalmente, haciéndose tan maleable, que seremos capaces de navegar por el cosmos con la intención, como lo hicieron nuestros ancestros…. que ya no tendremos que operar de acuerdo a las normas y leyes de sólo tres dimensiones, lo que significa que seremos libres para explorar el universo a voluntad, simplemente con su capacidad de reflexionar, pensar, o hacer preguntas.
Hasta a mí me cuesta concebir eso.
Como siempre, nuestra única tarea es permitir que todo se despliegue ante nosotros, que aceptemos todos los dones y dádivas de gracia con un corazón y mente abiertos mientras nos preparamos para dar nuestros primeros pasos en nuestro muy nuevo, aunque extrañamente familiar… terruño propio.
¡Feliz Octubre!
Lauren
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