El inconsciente colectivo nos arrastra hasta tal punto que, nos lleva a pensar, a vivir y a ser de forma automatizada, esquemática, no permite que nos salgamos de los patrones preestablecidos, y cuando vemos el sinsentido en el que vivimos movidos por este tipo de roles que nada tienen que ver con nuestra verdadera esencia, entramos en conflicto interno. Este conflicto interno de rebeldía que aparece al tener ese sentimiento de inconformismo, es el antídoto que causa el efecto para que podamos salirnos del arquetipo adquirido, del determinismo reglamentado desde la maquinaria de la sociedad y comenzar a encontrarnos a nosotros y a encontrarnos en el mundo, pero para eso hay que calzarse los zapatos del valor y pisar con paso firme y convencido que vas al encuentro de tu propia esencia para ser y aportar al mundo lo que tú eres. Aquello que te estaba reservado por tus potenciales.
Trascender los conflictos causados por ti mismo, por una sociedad, por una moral, por una política, por unas reglas, es entrar en el sendero de la sabiduría, dónde el recuerdo de lo que tú eres cobra protagonismo, renace y viene a nuestro encuentro. Entrar en el sendero de la conciencia es cederle el paso a la sabiduría del corazón y esta sabiduría hace que nos conozcamos tal y conforme somos sin la necesidad de generar reflejo para vernos. Trascender el conflicto interno es abrirle paso al destino que nos está reservado.
©LUHEMA
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