Encontrar nuestro lugar en el mundo es un desafío personal que va a tener repercusión en nuestra vida y que también afectará para bien a nuestras relaciones, incluyendo a la pareja. Nuestra felicidad y realización personal están en juego con este reto.
Esta acción en el mundo de la que hablamos no consiste en perseguir quimeras, sino en darnos cuenta que estamos en el mundo para embellecerlo. Y una de las formas consiste en descubrir nuestro propio don, nuestra voz interior que siempre es distinta y personal.
Olvidemos cualquier nostalgia del pasado y dediquémonos a cultivar nuestros dones. Todos los que nos rodean, incluida nuestra pareja, lo agradecerán.
La inspiración se multiplica cuando nos damos cuenta de que todo lo que vemos está conectado por hilos invisibles.
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