Lic. Renny Yagosesky
¿Hay vacuna para los desesperados? Revisemos algunos caminos:
La aceptación
El gran secreto para derrotar el sufrimiento es la aceptación, ver las cosas como son, mirar la realidad a la cara y vencer la tendencia a negar los hechos. Este es el primer paso hacia la liberación: aceptar, aceptar, aceptar más allá de nuestros deseos y preferencias. Cuando aceptamos, la mitad de la batalla está ganada, o mejor aún, la situación comienza a dejar de ser una batalla.
La autoconfianzaAnte situaciones que nos afectan y generan en nosotros reacciones desesperadas, es necesario centrarse en uno mismo, observarse y poner atención en las capacidades, dones, talentos, recursos, habilidades. Ante lo oscuro, no es sensato concentrarse en la oscuridad, cuando la solución realmente está en la luz. La conciencia debe desplazarse hacia nuestras zonas de poder. No funciona autocompadecerse o autoflagelarse. Siempre será mejor ir al lugar dentro de nosotros, donde laten la iniciativa y la creatividad.
La búsqueda de apoyo
Hay momentos en los que pedir ayuda es la mejor decisión, pues lo que para nosotros resulta difícil o complicado, puede ser muy fácil para otros. No tema buscar ayuda, abandone el orgullo, arriésguese a dejar entrar a alguien que pueda tener una solución.
La fe
Cuando la lógica humana no es suficiente, cuando es muy grande el poder de la adversidad, es tiempo de clamar a un Poder Superior. Formamos parte de un plan espiritual, que no reconocemos, gracias al manto gris que han dejado en nuestros ojos el egoísmo, el miedo, el pragmatismo, la codicia y el utilitarismo. Lo que sucede tiene una razón para que suceda, aunque nuestra manera básica, dual y elemental de razonar, del tipo, ´bueno o malo´, ´amigo o enemigo´, ´conveniente o inconveniente´, ´agradable o desagradable´ no nos permita captarla.
La acción
Muchas veces la desesperación nos paraliza y nos llenamos de una ola de preocupación que no resuelve las dificultades. Es por eso que debemos hacer algo, ya sea al estilo ´pasitos de bebé´. Un poco cada día puede brindar mejores resultados que mucho hoy y nada mañana. Acción, una acción reflexiva es recomendable, dentro de lo que la angustia del momento nos permita.
Siempre, mientras estemos en este nivel de consciencia marginal en el que ahora vivimos, es seguro que nos sentiremos desesperados con cierta frecuencia, mientras no aprendamos a vivir más en el presente, a confiar más en nosotros y en Dios, mientras nuestras decisiones estén motivadas por las necesidades superficiales del ego, y mientras que nuestro sentido de identidad personal se base más en lo que tenemos y hacemos que en lo que realmente somos.
Fuente: http://www.elexito.com
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