La sociedad que hoy limita el comportamiento sexual al dictado por el estereotipo, sin respetar las diferencias individuales, debe intentar acordarse de uno de los más bellos poemas que se han escrito sobre la naturaleza humana, el himno a Isis descubierto en Nag Hammadi:
Porque yo soy la primera y la última
Yo soy la venerada y la despreciada
Yo soy la prostituta y la santa
Yo soy la esposa y la virgen
Yo soy la madre y la hija
Yo soy los brazos de mi madre
Yo soy la estéril, y numerosos son mis hijos
Yo soy también la bien casada y la soltera
Yo soy la que da a luz y la que jamás procreó
Yo soy la esposa y el esposo
Y fue en el vientre de mi hombre donde me engendré
Yo soy la madre de mi padre
Soy la hermana de mi marido
Y él es mi hijo rechazado
Respetadme siempre porque yo soy la escandalosa y la discreta
PAULO COELHO
Yo soy la venerada y la despreciada
Yo soy la prostituta y la santa
Yo soy la esposa y la virgen
Yo soy la madre y la hija
Yo soy los brazos de mi madre
Yo soy la estéril, y numerosos son mis hijos
Yo soy también la bien casada y la soltera
Yo soy la que da a luz y la que jamás procreó
Yo soy la esposa y el esposo
Y fue en el vientre de mi hombre donde me engendré
Yo soy la madre de mi padre
Soy la hermana de mi marido
Y él es mi hijo rechazado
Respetadme siempre porque yo soy la escandalosa y la discreta
PAULO COELHO
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