Acusar a los demás de los propios infortunios es un signo de falta de educación.
Acusarse a uno mismo demuestra que la educación ha comenzado.
No acusarse a uno mismo, ni acusar a los demás demuestra que la educación ha sido completada.”
Epícteto
qué vivan los hombres que se atreven a soñar y sueñan
qué vivan los hombres que apagan 60 velas porque cumplieron 60 años
qué vivan los hombres que tienen hijos con nosotras
qué vivan los hombres que dejaron de preocuparse por lo que piensa el resto, y sin embargo, siguen preocupándose por los demás
¡qué vivan los hombres, nuestros queridos compañeros de viaje!
Qué vivan los hombres y las mujeres, todos aquellos que se atreven a vivir, que se mojan. Que se comprometen con la vida, que intentan despertar, que hoy caen y aún doloridos se vuelven a levantar, que aceptan sus fallos y aunque les cueste aceptarlos luchan por superarlos.
MARU CANALES
No hay comentarios:
Publicar un comentario