“Cada sueño no acompañado, es una carta sin abrir que nos mandamos a nosotros mismos”.
Clr. Elena Frezza: ¿Qué podemos hacer con un sueño?
Gendlin nos dice que lo mejor que podemos hacer es interactuar con él, relacionarnos con él, haya o no haya interpretación. O sea, si la interpretación acontece, si necesitamos darle un espacio, está bien. Pero si no ocurre con un determinado sueño, habrá otros —que tendrán relación con él porque es parte de nuestra existencia— que vamos a poder interpretar.
Lo que Gendlin señala como importante es que debemos darles la bienvenida a nuestros sueños, alegrarnos de que se hayan manifestado, poder amarlos, sorprendernos, valorar cuán imaginativos son. Esto es, disfrutar su cualidad creativa: en nuestros sueños ocurren situaciones que ni siquiera imaginamos durante la vigilia.
Y si lo admiramos o le prestamos atención —aun sin comprender ni interpretar, pero disfrutándolo—, el próximo sueño podría resultar más claro.
Gendlin lo plantea con la siguiente analogía: supongamos que un amigo nos manda un e-mail; nosotros lo leemos y no llegamos a comprenderlo del todo. Se lo decimos a nuestro amigo y de alguna manera estamos invitándolo a que nos explique con mayor exactitud su mensaje. Con los sueños pasaría lo mismo —y especialmente cuando trabajamos con los sueños de otra persona. Le diríamos: no necesitamos saber todo acerca de este sueño hoy, sería bueno poder disfrutarlo juntos y prestarle atención.
Imagen: Niccoleta Ceccoli
No hay comentarios:
Publicar un comentario