Quiero contaros una vieja historia que se recita por tierras Africanas respecto a cómo actúa el miedo.
Es habitual que en África los más niños se reúnan en torno a los más ancianos porque ellos les cuentan historias del
poblado, de sus ritos, costumbres y se dice que la educación de los niños africanos es tarea de toda una tribu, así beben de las
tradiciones del mismo.
Por eso antes de una de las ceremonias más esperadas del poblado, el más anciano del lugar hizo reunir a los niños que
iban a someterse al rito de iniciación a que acudieran al atardecer a la sombra del “árbol de la sabiduría”, ya que tenía que contarles
una historia que les sería útil para superar la experiencia por la que tendrían que pasar aquella noche; enfrentarse a la prueba más
dura. La prueba en la que tendrían que pasar de ser niños a ser hombres, desafiando en plena soledad de la noche a los miedos más
profundos y lo harían únicamente bajo el abrigo de las estrellas.
Y el anciano les dijo: Escuchad, “el árbol sagrado” de este poblado me ha contado una historia para vosotros y yo os la
voy a expresar, hay dos leones en cada hombre y que habitan dentro del ser, se atacan entre sí, pelean por dominar y ser el más
fuerte. Uno de ellos es majestuoso, tiene ira, arrogancia, rencor, resentimiento. El otro es imponente, brillante, seguro, generoso, y los
dos rivalizan continuamente. Prestad atención, esos dos leones estarán presentes y acechándoos esta noche más que en ninguna otra
noche, y estarán en cada uno de vosotros.
Los adolescentes le preguntaron. ¿Y qué pasará, quién vencerá de entre los dos leones?
El anciano les respondió. Vencerá únicamente aquel que tú alimentes.
Si alimentas al que tiene rencor, resentimiento, ira, maldad, vencerá él. Y no podrás salir del miedo, no lo habrás dominado.
Si alimentas con tu mente, al brillante, al seguro, al generoso. Vencerá él. Y saldrás de la noche con fortaleza y preparado
para ser un hombre.
¡Sólo tú sabrás quien ha vencido!
Tú sabrás a cual de ellos alimentar.
Moraleja: Al miedo lo alimentamos nosotros mismos, está dentro de nosotros, y nos frena a la hora de alcanzar nuestras metas y
objetivos. El reto está en saber si podemos dejar de alimentarlo
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