La fantasía hijo mío es una mariposa multicolor que al posarse en un cabo verde se transforma en flor. Pero no en una flor cualesquiera, sino en una muy particular. Una flor de mil y un color que tiembla con la brisa, pero es capaz de soportar un huracán. Sus pétalos, no tienen una forma sino que cada vez que los miras, tienen una forma diferente, redondos, largos, lanceolada, con formas de estrellas ... y esta flor, que es además mágica, crece en un planeta donde sólo existe el amor. Es un planeta muy lejano. Tiene cinco soles, que en forma intermitente, lo alumbran cada día de la semana. Son sólo cinco los soles porque cinco y no más son los días de cada semana en este planeta.
La flor mágica que ves con tu imaginación vive en un mundo verde muy verde de pequeña dimensión, tan pequeña que es del tamaño de la cabeza de un niño.
La fantasía hijo mío, si la manejas vos, es la alfombra mágica que te hará conocer lo desconocido. La que pinte en tu ojos y en la boca una sonrisa de placer y de alegría.
Pero si no la manejas, si toma cuerpo y vida dentro tuyo sin que puedas dominarla, se transformará en la serpiente más cruel, en el genio maligno que te tendrá por el envase en que se encuentra encerrada. Entonces hijo mío, la fantasía será causa de tu mayor terror y espanto.
Pero siempre FANTASÍA será sólo eso, y tú el verdadero AMO, aunque no lo sepas, el único que puede darle la dimensión exacta como para que no te haga daño sino para alegrarte cada día y para que dibuje en tus labios la sonrisa que realmente debes tener.
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