jueves, 13 de junio de 2013

LA POSTURA ZEN...♥



El practicante Zen busca un lugar tranquilo y allí se sienta en una posición en la que consiga mantener su equilibrio durante largo tiempo, pero sin tener la columna apoyada. Por esa causa la más conocida lo muestra con las piernas cruzadas y las manos entrelazadas adelante, apoyadas sobre el sexo. Algunos monasterios que visité en el Japón usaban una especie de almohada de cuero para elevar ligeramente el cuerpo y permitir una mayor circulación de sangre en las piernas.

Desde allí se debe procurar mantener la inmovilidad el mayor tiempo posible al tiempo que se obedecen algunas reglas simples. La cabeza inclinada hacia abajo, los ojos no han de fijarse en nada pero tampoco pueden estar cerrados, para evitar la somnolencia. Se ha de observar la respiración, pero sin intentar alterar su ritmo, este debe ser lo más natural posible, ya que a medida que el zazen (la postura) progresa, la tendencia es que las inspiraciones y expiraciones se hagan más pausadas y más lentas.

Aunque muchos afirman ser expertos en técnicas de meditación consideran que es necesario “vaciar la cabeza”, todos nosotros –y todos los grandes maestros del Zen– sabemos que es imposible. Por lo tanto la idea central no es intentar obtener el control del pensamiento, ni de las emociones, ni buscar un contacto espiritual con Dios; todo eso llegará con el tiempo, en la medida que nos vayamos calmando.

PAULO COELHO

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